El consumo de setas ya viene de antiguo.

Los griegos y los romanos conocían sus propiedades medicinales, gastronómicas y tóxicas. Los celtas utilizaban determinadas especies en sus ceremonias por sus efectos alucinógenos. En la Edad Media, los caballeros tenían el privilegio de poder consumir cierto tipo de setas y de ahí el por qué de algunos de sus nombres.

Se puede decir que su andadura como producto procedente de cultivo comienza a partir del S XVII.

Se trata de un alimento bajo en calorías, con gran contenido en agua, cantidad de vitamina B y también aporta yodo y potasio.

Existen variedad de setas comestibles: rebozuelo, hongo negro, níscalo, seta de cardo, seta de los césares, colmenilla, trufa negras,… y muchas más, cada una con sus peculiaridades.

La mejor época para recolectar setas es el otoño, apareciendo en prados y bosques en mayor cantidad y mejor calidad, sobre todo si resulta ser un otoño muy lluvioso.

Gracias al cultivo de setas, podemos encontrarlas a la venta durante todo el año.

 

Esta receta de hoy es muy sencilla, comencemos con ella.

 

Ingredientes

400 gramos de setas
½ cebolla
2 lonchas de jamón serrano (con un grosor de medio dedo aproximadamente)
Aceite de oliva
Sal
 

Elaboración

Empezamos limpiando las setas pasándoles un paño humedecido. Dependiendo de su tamaño, podemos dejarlas enteras o partirlas en trozos (pero que no sean trozos pequeños)

A continuación picamos en juliana la media cebolla y partimos las lonchas de jamón en cuadraditos.

Colocamos una sartén al fuego con unas 3-4 cucharadas de aceite de oliva y agregamos la cebolla. Cuando esté pochada, sumamos los tacos de jamón para rehogarlos.

 

Ya tenemos la cebolla pochada junto a los tacos de jamón rehogados, es el momento de añadir las setas a la sartén. Salamos teniendo en cuenta que el jamón serrano ya va a dar cierta gracia al plato por lo que con una pizca de sal igual ya es suficiente.

Mantenemos la sartén al fuego, removiendo un par de veces los ingredientes, hasta que las setas se hagan, cosa que no suele tardar en suceder, por lo que tenemos que estar atentos.

 

¡Plato listo!

 

Podemos acompañar estas setas con un delicioso huevo frito, con puntilla o sin puntilla, tú eliges, y por supuesto, unas cuantas rebanadas de pan para untar.

 

¡Buen provecho!

YMI

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