Las fresas son el fruto de una planta que se llama Fresal, planta que desprende un olor muy rico y que pertenede a la familia de las rosáceas y al género frasaria.

Aunque podemos disfrutar de fresas durante todo el año gracias a su cultivo en invernaderos, la mejor época para saborearlas es en primavera.

Conocida desde la prehistoria y ya consumida por griegos y romanos, no fue hasta el siglo XIII cuando comenzó a cultivarse en Europa.

La fresa nos aporta fibra, hierro, magnesio, vitaminas,…, y todo con muy pocas calorías.

Podemos encontrar diferentes variedades, como la Reina de los Valles, de tamaño pequeño; la Camarosa, de origen californiano, con unn tamaño grande y color brillante; la Pájaro, de color rojo barillante y con un sabor exquisito; fresones Selva, los más tardíos, aparecen en julio y duran hasta septiembre.

 

Postre delicioso, pero también componente de salsas o ensaladas que aportará un toque fresco.

 

Ingredientes

•    1 kilogramo de fresas

•    500 gramos de nata para montar

•    100 gramos de azúcar (cantidad orientativa, siempre condicionada a nuestra preferencia)

 

Elaboración

Comenzamos lavando muy bien las fresas, las escurrimos y las partimos en trozos más o menos grandes, dependiendo de cómo nos gusten más. Los ponemos en una fuente y reservamos.

El siguiente paso será montar la nata. Es muy importante que la nata esté bien fría, lo mismo que la fuente y las varillas que vayamos a utilizar.

Vertemos la nata en la fuente y comenzamos a batir sin agregar el azúcar, poco a poco comenzará a subir. En cuanto comience a coger cuerpo, incorporamos el azúcar y continuamos batiendo hasta que notemos su consistencia (formará una especie de picos) pero controlando para no pasarnos batiendo porque entonces corremos el riego de que se corte, separándose la parte grasa de la líquida.

Podemos batir la nata a mano o con batidora. A mano nos llevará algo más de tiempo pero puede que nos quede con más volumen.

Ya tenemos la nata montada y las fresas esperando, vamos a preparar el postre para llevarlo a la mesa.

Cogemos unos cuencos o unas copas, y cubrimos su fondo con nata montada. A continuación, colocamos las fresas partidas en trozos sobre la nata montada y con ayuda de una manga pastelera, les echamos un poco más de nata por encima.

Podemos decorarlas espolvoreando por encima un poco de azúcar glas, unos fideos de chocolate,….

 

¡Buen provecho!

 

YMI

 

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