Que en un mismo pastel encontremos tres texturas tan diferentes suena a magia, y puede que la haya……
Una capa superior de bizcocho esponjoso, una capa media con una masa cremosa que recuerda a un flan y una última capa, que hará de base, de una masa densa tipo pudin. Increíble pero cierto.
Parece complicado pero nada más lejos de la realidad. ¿Comenzamos?
Ingredientes
500 ml de leche
130 gramos de mantequilla
140 gramos de azúcar
4 huevos
120 gramos de harina
Ralladura de 1 limón
Sal
Canela (opcional)
Azúcar glas para decorar
Elaboración
El primer paso será poner el horno a precalentar a 180 grados; así, mientras coge temperatura, vamos preparando la masa del pastel.
A continuación pasamos a trabajar los huevos, mejor que estén a temperatura ambiente, separamos las claras de las yemas, batimos las claras a punto de nieve, con una pizca de sal, y reservamos.
En una fuente ponemos las cuatro yemas junto con el azúcar y batimos todo hasta que nos quede una mezcla esponjosa. En ese momento sumamos la ralladura del limón y la cucharadita de canela, volviendo a batir todo.
Ahora añadimos la mantequilla, mucho mejor que esté también a temperatura ambiente, y la mezclamos con todo lo anterior.
Toca ir agregando la harina y la leche.
Dividimos la cantidad de harina en dos mitades para incorporar a la fuente primero una parte, mezclándola con el resto de la masa. Seguido, agregamos la leche poco a poco batiendo hasta que esté integrada perfectamente momento en el que sumamos la segunda mitad de harina.
Cuando veamos que todos los ingredientes están formando una masa suave, añadimos, sin prisa, las claras montadas a punto de nieve, con movimientos suaves. Para ello, nos podemos ayudar con una lengua de gato.
Lista la masa, la volcamos en una fuente apta para horno y que habremos forrado con papel vegetal.
Introducimos la fuente en el horno a 180 grados durante 10 minutos. Pasado ese tiempo, bajamos la temperatura a 160 grados y mantenemos en el horno otros 50 minutos.
Antes de desmoldarla, tenemos que esperar a que enfríe completamente.
Y para que ya nos quede perfecta, una vez desmoldada la espolvoreamos con el azúcar glas.
Acompañada de una bola del helado que más nos guste, la porción de pastel resultará un broche perfecto en cualquier comida.
¡Buen provecho!
YMI