Ingredientes para seis personas:
1 kilo de camarones
3 hojas de laurel
Agua y sal
En una olla se pone abundante agua con un poco de sal y tres hojas de laurel. Cuando rompe a hervir se le echan los camarones vivos de modo que queden bien holgados (si no se tiene una tartera grande es mejor hacerlo en dos veces), se dejan cocer unos cinco o siete minutos y se retiran y se escurren. (Pueden enfriarse al chorro de agua fría en un escurridor pero muy poco tiempo, sólo el suficiente para que el agua fría ponga la carne más tersa). Se estiran luego sobre una mesa y salan. De esta forma quedan más brillantes y con un color más intenso. Para que cojan bien la sal deben estar todavía calientes.
Se sirven fríos con las hojas de laurel por en medio, en cestillos de paja sobre hojas o en fuente.
Para comerlos se separa la cabeza del cuerpo con las uñas, se pela parte del cuerpo y se aprieta la cola para que salga toda la carne, los corales de las hembras y las partes blandas de la cabeza de los grandes también pueden comerse, si no se chupan.