Antes de que el famoso chef Carles Gaig sirva sus mejores platos, primero hay que abrocharse el cinturón de seguridad. Durante aproximadamente hora y media, el restaurante para gourmets sobre ruedas pasa por los lugares de interés turístico de la metrópoli mediterráneo española de Barcelona.
En la ruta se pueden ver las fantásticas casas y la Sagrada Familia diseñadas por el arquitecto Antoni Gaudí (1852-1926), así como la futurista Torre Agbar, el paseo marítimo y el Arco de Triunfo.
En las mesas del lujoso autobús gourmet está incorporado para cada comensal un iPad con auriculares que le proporciona información sobre las atracciones turísticas.
Desde el animado puerto de Barcelona, la ruta sube a las instalaciones deportivas de los Juegos Olímpicos de 1992 en la montaña de Montjuic.
Lentamente, el conductor coloca el autobús en el jardín de rosas frente al hotel “Miramar” en una posición que les ofrece a los comensales durante su espléndida comida la mejor vista panorámica de la metrópoli mediterránea.
Sólo cuando se sirven el vino y las entradas, los huéspedes pueden apartar la vista del hermoso panorama. El camarero sirve cava y vino tinto de Cataluña. El menú está compuesto por crema de alcachofas, canelones con trufa, un bacalao salado preparado con mucho sentido artístico y carne tierna en salsa de setas.
En el verano, los platos de carne y entradas calientes se sustituyen por mariscos, pescado y entradas gourmet ligeras como la sopa de melón con trozos de jamón de pato.
Después de tres horas, la aventura gastronómica sobre ruedas ha terminado. Sin embargo, el placer para el paladar apenas comienza ahora. Barcelona está llena de famosos templos para gourmets, desde la singular cocina molecular hasta exquisiteces catalanas en mercados pasando por los bares de tapas para públicos diferentes: en Barcelona se puede encontrar todo lo que le gusta al estómago consentido.
Texto original: Perfil.com
