El espumoso de zanahoria que nació fruto del amor

Juan López Todo nació por una historia de amor. El cariño llevó al ímpetu por hacer algo diferente que gustara a su princesa y ello acabó en un denominado “vino de zanahoria”, mal llamado así porque la uva no se halla en el producto, tal y como reconocen los hermanos David y Carolina Tardón, que llegan a la 21 edición de la Feria Alimentaria de Barcelona para dar a conocer una bebida que recuerda mucho al frizzante y por el que han sido muchos los que han preguntado por él. No obstante, cuentan con un premio otorgado por la Universidad de Valladolid en materia de innovación.

En el certamen se han ubicado en el pabellón Intervin, junto a algunas de las más prestigiosas bodegas de Castilla y León. “Nosotros también promocionamos un producto de la tierra. La zanahoria se cultiva de forma importante en Valladolid y Segovia”, expresa. A medio camino, en el Centro de Artesanía Provincial de Portillo (Artis), se radica Artezana Land, la empresa que nombre a una iniciativa que se refleja en una bebida espumosa de este tubérculo, con 8,2 grados de volumen de alcohol. Es un producto patentado y único en el mundo, elaborado de manera artesanal, utilizando como materia prima la zanahoria regional. Su principal uso son los cocktails, pero también para “romper el hielo en una cita o una reunión de trabajo, pues su peculiaridad permite hablar de muchos temas”.

Todo comenzó cuando a una antigua pareja de David no le gustaba ni el vino ni la cerveza. Eso le llevó a probar e innovar y desarrollar su carácter emprendedor, “de ahí que se diga que es fruto del amor”. Ahora, pueden producir a demanda. “No es como el vino, que vendimian en una época y luego a barrica. Nosotros estamos disponibles durante diez meses al año”, explica. En la actualidad, comercializan 2.000 botellas al mes en dos en dos formatos de 75 y 33 centilitros, pero la capacidad que tienen es mayor. Podrían producir 5.000 litros diez veces al año. De momento fijan su población en el mercado nacional, Portugal y determinadas empresas francesas y británicas del sector, si bien ya están interesadas otras firmas en Bélgica o China.

El vino de zanahoria tiene características organolépticas “únicas y genuinas que lo diferencian de otras bebidas de moderada graduación”. Dentro del macrosector de las bebidas se encuadra dentro del grupo de alcohólicas de baja graduación (vinos, cervezas y sidras), aunque no puede englobarse dentro de ninguna de ellas por su carácter singular.

El proceso de Artezana es “único en el mundo”. Para su elaboración se utiliza una mezcla de procesos productivos del vino, la cerveza y el champagne, “aunque a la gente le parece que es una mezcolanza entre la sidra y la propia bebida originaria francesa”.

Hasta un “zanahoriólogo”

La firma, que cuenta con su “zanahoriólogo”, según relata David entre risas, comienza por seleccionar unas semillas de este cultivo acordes al producto. Cuando la raíz llega a su punto óptimo se sigue con la recolección, recepción, selección y limpieza de la zanahoria para su posterior triturado, el cual facilita la separación de la parte líquida para la obtención del zumo de zanahoria, que es introducido en depósitos que mediante la adición de levaduras específicas hace que fermente.

Durante el transcurso de la fermentación se realizan exhaustivos controles de multitud de parámetros para la buena calidad del producto final. Después pasa por una fase de decantación, para eliminar los restos de levaduras y que quede completamente limpio. Antes del embotellado se añade un licor de expedición para homogeneizar el dulzor final y algo de dióxido de carbono. Se preserva un tiempo en botella para garantizar su estabilización y finalmente se etiqueta y empaqueta según las particularidades de cada pedido.

Los cuatro socios -los dos hermanos y dos amigos- ultiman el lanzamiento al mercado de un producto similar, pero con sello ecológico, un sector con fuerte demanda y moderadamente abastecido. “Tendrá un sabor semidulce y se asemejará a un verdejo, pero nunca será igual”, admite.

Foto: Diego de Miguel

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