La crema inglesa es una preparación cremosa y dulce que en repostería se utiliza en la elaboración de diferentes postres (mousse, tartas, helados,…)
Las primeras menciones a una crema parecida a ésta las podemos encontrar en el libro de recetas del cocinero real de Jorge IV, rey de Inglaterra allá por el principio del siglo XIX, y que, curiosamente, le dio el nombre de crema francesa.
El chef Auguste Escoffier modificó la receta dándole a la crema algo más de espesor, sirviendo así como acompañante de otros postres.
Crema inglesa: sencilla, deliciosa e irresistible.
Ingredientes
1/2 litro de leche
3 yemas de huevo
50 gramos de azúcar
1 cucharada de maicena
1 cucharadita de esencia de vainilla
Ralladura de la piel de 1 limón
Elaboración
Tan sencilla como poner en el vaso de la batidora todos los ingredientes: el medio litro de leche, las tres yemas de huevo, los 50 gramos de azúcar, la cucharada de maicena, la cucharadita de esencia de vainilla y la ralladura de la piel de un limón.
Con todos estos ingredientes ya en el vaso, batimos hasta que resulte una masa homogénea y sin grumos.
Preparada la masa, la pasamos a una fuente apta para microondas. Al pasarla, podemos colarla para evitar que pase algún grumo pequeño sin disolver.
Mantenemos la fuente en el microondas programando dos minutos.
Pasados los dos minutos, sacamos la fuente, removemos la mezcla con una cuchara de madera y volvemos a introducirla durante otros dos minutos.
Sacamos la fuente de nuevo, removemos otra vez e introducimos un minuto más.
Ahora, removemos la crema por última vez y la cubrimos con film transparente procurando que quede pegado a la crema para que, al ir enfriando, no se seque y no se cree una capa dura en la superficie.
Podemos servir la crema inglesa templada o fría, según nos guste.
Rellena tu bizcocho favorito con ella, ponla como base para una gran bola de helado de chocolate, espolvoréala con un poco de ralladura de limón y unos fideos de chocolate antes de comenzar a comerla a cucharadas,…
¡Buen provecho!
