San Jacobos de Calabacín

Existen varias teorías sobre el origen del San Jacobo, la más extendida nos cuenta que su origen está en las posadas que se encontraban a lo largo del Camino de Santiago, que obsequiaban con este plato a los peregrinos que hubieran realizado alguna heroicidad a lo largo del camino.

Otra teoría indica que este plato era una especie de plato “reivindicativo” ya que, si tenemos en cuenta los ingredientes con los que se preparaba (cerdo) si se consumía se demostraba que no se tenía sangre judía ni musulmana.

Existen diferentes variantes y adaptaciones de este plato como la receta de hoy, en la que el calabacín va a ser el protagonista.

 

Ingredientes

1 calabacín mediano
Lonchas de jamón serrano
Lonchas de queso tipo emmental
2 huevos
Pan rallado
Harina
Aceite
Sal
Elaboración

Comenzamos lavando muy bien el calabacín, porque no lo vamos a pelar, lo secamos y con un cuchillo le cortamos las puntas.

Ahora, vamos a ir partiéndolo en rodajas como de medio centímetro de grosor.

Colocamos las rodajas en un plato, las regamos con un poco de aceite, echamos una pizca de sal y las introducimos al microondas, a máxima potencia, durante 4-5 minutos para que se ablanden un poco.

Las sacamos del microondas y dejamos que templen.

Mientras tanto, podemos ir contando las lonchas de jamón serrano y las lonchas de queso en trozos de un tamaño adecuado al de las rodajas de calabacín para que así no sobresalgan ninguno de los dos cuando las rellenemos.

Ya templadas las rodajas de calabacín, comenzamos a preparar parejas de rodajas más o menos similares de tamaño, colocando encima de una de ellas dos trozos de jamón y dos trozos de queso, tapándolos con otra rodaja.

Toca rebozar los san jacobos pasándolos primero por harina, después por el huevo batido y, por último, por el pan rallado.

Para terminar, freímos los san jacobos en una sartén con aceite bien caliente, dejando que se doren por una cara y dándoles vuelta con mucho cuidado para que se doren por la otra.

Una vez dorados, los sacamos a un plato con papel absorbente que absorberá el exceso de aceite.

 

Es recomendable servirlos calientes para que el queso tenga es apetitosa textura suave y cremosa.

 

¡Buen provecho!

 

YMI

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