Si existe un templo del buen comer en Astorga, que los hay, uno de ellos sin duda es La Peseta. La historia del restaurante es también la historia de las cinco generaciones que lo han regentado desde finales del siglo XIX.
Quizás, como estamos en una ciudad bimilenaria donde la historia forma parte de sus gentes, bien convendría recordar que todo comenzó allá por el año 1871 cuando Vicente Alegre y su mujer Mª Teresa Olandía se instalan en el número 6 de la calle Sr. Ovalle. Se trataba de una pequeña tienda de comestibles y bebidas que al poco tiempo se convirtió en una casa de comidas.
Posteriormente el hijo de ambos, Leonardo Alegre y su mujer Florentina Ramos, gran cocinera, se hicieron cargo del negocio. Él, además, compaginaba el negocio con su profesión de carpintero, trabajando en la construcción del palacio de Gaudí. La gran valía de ambos contribuyó a dar prestigio a la pequeña casa de comidas.
Fue hacia el año 1912 cuando Irene, hija de Leonardo y Florentina, comenzó a trabajar en la cocina ayudando a su madre. Mujer de gran valía, tanto gastronómica como comercial, fue quien reformó y orientó el negocio como restaurante moderno, a la vez que registró oficialmente el nombre comercial de “La Peseta”, proyectándolo no sólo a nivel nacional, sino también internacional. A esta proyección contribuyeron también decisivamente sus hijos: Gonzalo y Luciano, los cuales formaron la 4ª generación del restaurante.
Actualmente son Luciano y su mujer Balbina los que, juntos a sus hijos Jorge, Ramón e Irene, constituyen la 5ª generación y se encargan de mantener viva la historia de esta casa que se encuentra ya en su tercer siglo de existencia. En la Plaza de San Bartolomé de Astorga, con servicio de hostal si se requiere.
En La Peseta además de ser atendidos como en una propia casa, o incluso quizás mejor, el género es de primera calidad. Muy especiales son los pescados, bastante aceptables las carnes y soberbios sus platos de siempre como las alubias con almejas y otras muchas variedades.
El servicio, insistimos, superior. Siempre mejor reservar con antelación. Y sus precios aceptables a la calidad de su carta y excelente bodega con representaciones de las D.O. de prácticamente toda España.
Jorge en la cocina, Ramón como jefe de sala y la madre, «Balbi», como relaciones públicas lo bordan.