Y lo llamamos “mousse” porque esta palabra, que proviene del francés y que significa espuma, define muy bien la textura de este postre, suave y espumosa, a la que nadie (o casi nadie) puede resistirse.
Aunque la mousse de chocolate puede que sea la más conocida, podemos encontrar mousse de muchos sabores ya que se puede elaborar con variedad de frutas naturales.
La mousse de limón resulta ser un postre suave y digestivo que combina la acidez del limón con el dulzor de la leche condensada, lo que le da un sabor muy agradable y refrescante, resultando ser un buen punto final para esas comidas abundantes con las que a veces solemos deleitarnos.
Ingredientes
4 yogures naturales
250 gramos de leche condensada
3 limones
Hierbabuena o menta
Elaboración
Comenzamos mezclando en una fuente los cuatro yogures con la leche condensada. No hace falta que azucaremos los yogures ya que la leche condensada aportará bastante dulzor, pero si nos gusta que el postre esté muy dulce sí que los podemos “azucarar”.
Una vez mezclados estos ingredientes, lavamos los limones y rallamos la piel de dos de ellos y exprimimos los tres.
A continuación, incorporamos a la fuente la ralladura de los dos limones y el zumo de los tres, colado para evitar que las pepitas y la pulpa caigan en la mezcla.
Con todos los ingredientes ya juntos, removemos muy bien hasta que se forme una crema homogénea.
¡Y lista la mousse!
Podemos servir la mousse de forma individual, para ello, podemos verterla en copas o vasos y meterlos en la nevera durante dos o tres horas para que, al servir este postre, se haya enfriado bien y haya adquirido una textura densa.
Justo antes de llevar a la mesa, podemos añadir un toque de distinción decorando cada copa con una rodaja fina de limón y con un par de hojas de menta o hierbabuena o con un poco de ralladura de lima.
¡Buen provecho!
YMI