Técnica vinculada a las zonas en las que abundan las sales marinas, cocinar a la sal puede que sea una de las formas más antiguas y tradicionales de cocinar.

Se trata de un método de cocción muy sano en el que los alimentos se cocinan  en su propio jugo, conservando sus nutrientes y todo su sabor.

Se puede preparar a la sal tanto pescado como carne e incluso verdura.

Y, aunque pueda parecer todo lo contrario, los alimentos no van a estar salados ya que sólo absorben la sal necesaria para la cocción.

Es recomendable usar sal marina gruesa que, humedecida ligeramente con un poco de agua, favorecerá una cocción rápida y hará que se forme una costra dura.

Una cosa, cuanto más alta sea la temperatura del horno en el que preparemos este plato, más rápido se secará la costra que forma la sal.

 

Ingredientes

1 dorada limpia pero con escamas(de 500-600 gramos)
2 kg de sal marina gorda
150 ml de agua
1 limón
1 ramita de perejil
Elaboración

Comenzamos poniendo el horno a precalentar a 200 grados con calor arriba y abajo. Así cogerá temperatura para cuando tengamos lista la dorada para introducir al horno.

A continuación, mezclamos en una fuente la sal con el agua ayudándonos con las manos.

Con la sal ya lista, preparamos una fuente que sea lo suficientemente grande como para que el pescado no quede muy justo, con una capa de sal en el fondo de un dedo de grosor aproximadamente.

Introducimos en la dorada dos rodajas de limón y una ramita de perejil y la colocamos sobre la sal y la tapamos con otra capa  de sal,  bien compacta, dejando la cabeza al descubierto porque será el ojo de la dorada el que nos indique que ya está en su punto cuando adquiera un tono blanco.

Ya hecha, retiramos la capa de sal con cuidado y pasamos a otra fuente para servirla a la mesa.

 

¿qué tal un poco de mayonesa aromatizada con hierbas para acompañar este pescado?

 

¡Buen provecho!

 

YMI

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