Uno de los centros de mayor atracción turística durante todas las épocas del año es la localidad de Molinaseca. A penas, a unos cinco kilómetros de Ponferrada y en pleno Camino de Santiago. Por la conservación de su casco histórico, lo atractivo de su río y su puente medieval y por muchas cosas más, «Molina» alberga en sus calles y plazas muchos lugares donde el arte culinario se practica en abundancia y con reconocida fama regional.
Hoy nos hemos desplazado quizás al más moderno de sus restaurantes, De Floriana, que cuenta también con hostal. Lo primero que llama la atención en la avenida que recibe o despide al viajero es su estupenda ubicación. Espacioso, ajardinado con estilo y con una arquitectura que tomando los materiales del Bierzo los hace nuevos y cómodos para el comensal o el simple visitantes.
Lo mismo encuentras un rincón recoleto para disfrutar en pareja o pequeño grupo que se prepara alguno de sus salones para celebraciones multitudinarias. Siempre con un trato y esmero digno de admiración.
Antes de ofrecerte su selecta carta se ofrece una composición de menú degustación que uno mismo puede seleccionarse por 18 euros. Obviamente, la carta elevará el final de tu desembolso, por lo que recomendamos a priori el menú degustación. Pero de todas, todas aseveramos que los platos del nuevo cocinar te sorprenderán por su presentación artística, su sabor inigualable y su cantidad calculada para dejar saciado cualquier estómago por muy exigente que este sea.
Nos encontramos en un lugar fino, y, a la vez, con unas vistas agrestes del monte berciano que en días de sol invitan al aperitivo o al café en sus terrazas.
Sinceramente, si usted es de los que desean quedar bien en una invitación o desea darse un placer rozando con el sibaritismo éste, De Floriana en Molinaseca. Es su sitio perfecto.