Las torrijas, típicas de la época de  Cuaresma y Semana Santa, son unos de los postres más tradicionales que nos podemos encontrar.

 

Como dato curioso decir que aparecen referencias a ellas en documentos del SXV y que se tenían como un plato indicado para que aquellas mujeres que habían dado a luz se recuperaran convenientemente.

También se cuenta que hubo una época en la que se servían como acompañantes de vasos de vino en las tabernas.

 

Pueden prepararse con vino, con almíbar,…, pero la forma más habitual de prepararlas es con leche, endulzándolas con azúcar o miel y espolvoreándolas con un delicioso toque de canela.

 

El pan a utilizar, mucho mejor si es duro (por lo menos del día anterior), de miga densa para que absorba suficiente leche y quede cremoso.

No hay que ser impacientes y dejar que las rebanadas “chupen” perfectamente la leche y así evitar encontrarnos partes secas al comerlas.

 

 

Ingredientes

  • 1 barra de pan duro
  • 1 litro de leche
  • 50 gramos de azúcar (aproximadamente)
  • 1 palo de canela
  • La piel de medio limón
  • 2/3 huevos
  • Aceite de oliva
  • Azúcar para espolvorear
  • Canela en polvo para espolvorear

 

Elaboración

Comenzamos partiendo la barra de pan en rebanadas de un dedo de grosor más o menos y las reservamos.

Ponemos un cazo al fuego con la leche, el azúcar, el palo de canela y la piel del medio limón. Llevamos a ebullición, revolvemos, retiramos el cazo del fuego y reservamos.

Pasamos a colocar las rebanadas de pan en una fuente honda que nos permita disponerlas sin amontonar para verter la leche por encima de todas ellas. Hacemos una primera pasada con la leche y esperamos unos minutos antes de repetir la operación. El pan chupa mucha leche por lo que a lo mejor es necesario verter la leche sobre ellas una tercera vez.

Dejamos reposar las rebanadas media hora más o menos y ya las tendremos listas para freír.

 

Ponemos una sartén con dos dedos de aceite al fuego y batimos los huevos en un plato hondo.

Toca pasar las torrijas de una en una por el huevo, tratándolas con mucha delicadeza porque van a estar muy blandas y se nos pueden desarmar.

Las mantenemos friendo un par de minutos por cada lado y las sacamos a un plato sobre papel absorbente para que escurran bien.

 

Para terminar, espolvoreamos las torrijas, que ya están en el plato, con una mezcla de 3-4 cucharadas de azúcar y una cucharada de canela en polvo.

 

A tener en cuenta: si pensamos preparar una cantidad de torrijas considerable, es conveniente  colar o cambiar el aceite que estamos utilizando cuando llevemos fritas la mitad más o menos, ya que al freírlas van a soltar leche, migas, huevo,.., que ,al quemarse, darán cierto sabor y aspecto no tan bueno al postre.

 

¡Buen provecho!

YMI

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