Podemos pensar que, al comer requesón estamos comiendo queso, pero el requesón y el queso no son precisamente lo mismo. Tienen procesos de elaboración diferentes y el requesón, a diferencia del queso, es un producto rápidamente perecedero.

El requesón se prepara con el suero que sobra de la fabricación del queso, sometiendo este suero a altas temperaturas que lo llevan casi hasta la ebullición dando resultado a un producto lácteo que, escurrido, adquiere una textura granulada y que aporta beneficios a nuestro organismo ya que contiene muy poca grasa, es rico en proteínas, aminoácidos, ácido fólico, vitaminas A y B, calcio y magnesio.

Con textura y sabor suaves, se convierte en un postre delicioso acompañado de fruta fresca, frutos secos, miel,…

También se puede convertir en uno de los ingredientes de diferentes tipos de bizcochos, tartas,… e incluso es un perfecto acompañante  para cremas de verduras, platos de pasta, ensaladas,…

 

Ingredientes

400 gramos de requesón
Miel
Frutos secos partidos en trozos (nueces, avellanas,…)
Elaboración

Tan sencilla como lo siguiente:

Comenzamos repartiendo el requesón en 3-4 cuencos.

A continuación, colocamos sobre cada uno de ellos los frutos secos partidos y finalizamos regando cada cuenco con un par de cucharadas de miel.

 

Si para acabar, ponemos un par de palitos de hojaldre  en los cuencos tendremos un postre ligero, exquisito y elegante para terminar cualquier comida.

 

¡Buen provecho!

 

YMI

Entradas relacionadas

Deja un comentario