Mejillones con salsa de tomate (picante)

Deliciosos moluscos bivalvos que podemos cocinar de mil maneras, al vapor regados con unas gotas de limón, convertirlos en deliciosas croquetas, acompañarlos con una vinagreta, en escabeche, sumergirlos en apetitosas salsas,……

 

La mayor parte de los mejillones que compramos en las pescaderías, por no decir todos, proceden del cultivo por lo que podemos encontrar mejillones frescos en las pescaderías durante todo el año y a un precio más que razonable.

 

En cuanto a los beneficios que aportan a nuestra salud, decir que se trata de un alimento recomendable ya que tiene alto contenido en vitaminas, aminoácidos y minerales.

 

Visto lo visto, no esperemos más y comencemos con la receta.

 

 

Ingredientes

1 kg de mejillones
1 bote de tomate natural triturado (400 gramos )
½ cebolla
1 cucharada de azúcar
1 cucharadita de pimentón
1 guindilla (opcional)
Aceite de oliva
Sal
Elaboración

Comencemos lavando muy bien los mejillones con abundante agua y quitándoles aquello que lleven adherido a la concha y también las barbas, que son esos filamentos que les asoman entre la concha con los que están sujetos a la roca o a la batea antes de ser recogidos.

Ya limpios, pasamos los mejillones a una cazuela en la que habremos puesto como un dedo de agua aproximadamente. Tapamos la cazuela y la ponemos a fuego suave para que se vayan abriendo.

Controlamos este proceso destapando de vez en cuando la cazuela y dando una vuelta con una cuchara a los mejillones.

Una vez abiertos, reservamos.

 

Toca  preparar la salsa de tomate.

Colocamos al fuego una sartén, con 4-5 cucharadas de aceite de oliva, y le incorporamos la media cebolla picada en trozos pequeños. Cuando la cebolla esté pochada, si nos apetece que la salsa pique, echamos ahora la guindilla partida en dos, si no, nos saltamos este paso.

A continuación, añadimos la cucharadita de pimentón y le damos a todo un par de vueltas.

Sumamos el tomate triturado, la cucharada de azúcar para rebajar la acidez del tomate y salamos.

Tapamos la sartén y cocinamos durante tres cuartos de hora más o menos.

Pasado ese tiempo, probamos la sal y rectificamos si fuera necesario.

Como ya tenemos la salsa de tomate preparado, volvemos con los mejillones que ya no estarán tan calientes y podremos quitar una cáscara (valva) a cada mejillón colocándolos en una cazuela.

Una vez todos ya en la cazuela, vertemos sobre ellos la salsa de tomate finalizando nuestra receta.

 

Podemos calentarlos un poco antes de servir.

 

¡Buen provecho!

YMI

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