La mantequilla, más allá del consumo que se hace de ella en el desayuno, puede ser una gran aliada a la hora de preparar diferentes recetas, aportándoles un toque muy especial.
La mantequilla puede convertir una crema de verduras en un plato cremoso y delicioso; puede dar un sabor especial a salsas y sofritos; puede evitar que el hojaldre que preparemos para empanadas, quiches,…, se quede pegado y se desmenuce; sin olvidar el número de postres en los que la mantequilla resulta ingrediente imprescindible.
También se pueden preparar algunos platos de pescado o de carne con mantequilla con especies que complementará su sabor a la perfección.
Ingredientes
1 kg de mejillones
2 dientes de ajo
75 gramos de mantequilla
½ vaso de vino blanco
½ cucharada de harina.
Elaboración
Para comenzar, limpiamos muy bien los mejillones con agua, les quitamos las barbas y escurrimos.
A continuación, ponemos una cazuela con un poco de agua a fuego medio, añadimos los mejillones y mantenemos la cazuela al fuego hasta que se abran, momento en el que la retiramos dejando que los mejillones enfríen un poco antes de quitarles una de sus conchas y los vamos colocando en una fuente.
Con los mejillones ya cocidos, pasamos a preparar la salsa y, para ello, pelamos y partimos los ajos en trozos pequeños.
Colocamos una sartén con la mantequilla a fuego suave y, cuando la mantequilla comience a derretirse, añadimos los ajos dejando que se doren un poco antes de agregar la media cucharada de harina. Le damos un par de vueltas y sumamos el medio vaso de vino blanco, manteniendo la sartén a fuego medio durante un par de minutos antes de añadir otro medio vaso de caldo colado de la cocción de los mejillones.
Dejamos la sartén otro par de minutos a fuego medio y vertemos la salsa sobre los mejillones.
Los sacamos a la mesa convirtiéndose en un entrante delicioso.
¡Buen provecho!