Pasa o galletas, la diferencia es muy sencilla.
Aunque los ingredientes son similares, las proporciones utilizadas de cada uno de ellos para su elaboración, no.
Tanto para reparar pastas como para preparar galletas se emplean, como ingredientes básicos, la harina, el azúcar y el aceite de oliva o la manteca o mantequilla, variando las medidas.
Las pastas son más compactas que las galletas por lo que resultan más consistentes y se desmigajan menos y, como su textura suele ser más fina, es por lo que tienen ese lugar preferente a la hora de acompañar al te de las tardes.
Ingredientes
250 gramos de maicena
100 gramos de mantequilla con sal
200 gramos de leche condensada
1 cucharadita de levadura
1 cucharadita de canela
Ralladura de 1 limón
Elaboración
Para preparar esta receta, vamos a necesitar que la mantequilla tenga una textura de “pomada”. Conseguiremos esta textura batiéndola a mano con un tenedor hasta que quede como una crema.
Conseguido este punto, mezclamos la mantequilla con la leche condensada hasta que ambas estén bien integradas, momento en el que añadimos poco a poco la maicena junto con la cucharadita de levadura, la cucharadita de canela y la ralladura de limón, amasando hasta conseguir una masa suave que no esté pegajosa.
Antes de comenzar a dar forma de pastas a la masa, ponemos el horno a precalentar a 180 grados.
Con el horno precalentando, vamos cogiendo porciones de masa no muy grandes y vamos formando bolitas que colocamos sobre la bandeja de horno (cubierta con papel de horno).
Dejamos un poco de separación entre las bolitas, las aplanamos e
introducimos la bandeja en el horno durante 10-12 minutos.
Sacamos las pastas y las vamos colocando sobre una rejilla para que enfríen.
Tenemos que tener un poco de cuidado al sacar las pastas del horno ya que estarán algo blandas. Se volverán más consistentes al ir enfriándose.
Una vez frías, podemos salpicar las pastas con unas gotas de leche condensada.
¡Buen provecho!