Yasodhara López. Hojaldres de Astorga (también conocidos por algunos como mielitos), un manjar algo discriminado de forma oficial por las webs gubernamentales locales y los consejos reguladores. Es sabido por todos que es un dulce muy demandado y producido por todos los reposteros de esta zona, es más, lo fabrican otros obradores fuera de la localidad y a nivel nacional por el gran éxito de los mismos. Pero es curioso que teniendo el éxito que tiene la fórmula haya tan poca información al respecto (ni siquiera desde los blogs), y le lleguen tan pocos halagos llegados de las mismas webs oficiales. A lo mejor porque no es un dulce originario de Astorga (o eso dicen al menos), lo que sí que está claro es que están en un segundo plano total, ensombrecidos por las (por otro lado) geniales y protegidas mantecadas de Astorga. O por ese ancestral chocolate que reina en toda esta localidad. En fin, que aunque todos los productos son de excelente calidad, a mí lo que me gusta, son los hojaldres.
Yo no sé vosotros, pero por muy buenas que están las mantecadas (que lo están y mucho), este hojaldre pringoso, jugoso y tierno, no tiene nada que envidiar a casi ningún otro dulce industrial español, porque de la forma artesanal, se vende ya en pocos sitios (o ninguno) dentro del mismo Astorga. Es más, me atrevería a decir que posiblemente sea

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uno de los mejores dulces (que no más sanos) de toda nuestra oferta (y de los que yo haya probado), pero os imaginaréis que es algo muy subjetivo. E incluso os añado, a los que no les gusta en exceso la miel (que no es mi caso, ya que yo veo bajar por las paredes una buena rebanada de pan con miel) lo consideran tan revelador, tan mágico y tan digno de probar que aseguran que por un momento se olvidan los prejuicios y las manías culinarias en aras de este bollo tan mullido y meloso.
Yo recuerdo especialmente la marca de hojaldres de Alonso (‘la caja azul’), que a mi casa traían mis padres cuando iban a Astorga y que cuando entraban por la puerta apenas quedaban ya, yo sigo manteniendo esta tradición siempre que puedo con mi tía, a la que, como a mí, le encantan estos dulces pringosos. Hace poco he traído una cajita comprada allí, y poco está durando, la verdad. Dicen que no llevan exactamente miel, si no un preparado y glucosas y gelatina, yo no sé muy bien lo que es, pero es caer una caja en mis manos y devorarla como hace años.
Para que lo sepáis, las mantecadas de Astorga han conseguido hace relativamente poco (2004) la IGP propia de un dulce acuñado a una tierra desde hace más de 200 años (primer escrito en 1805). ¿¿Serán los próximos los Hojaldres de Astorga??
Y de cuándo se inventaron poco he encontrado, quizás se originaran como una nueva especialidad en el amplio surtido de pastelerías y obradores de mantecadas de esta localidad, y sólo he podido leer que su origen se remonta a finales de los años 60. Por eso os comentaba que no se le da mucha importancia a este hojaldre. A estos dulces también se les llama también astorganos, y ya sabréis que se venden a lo largo y ancho de todo nuestro país incluido en algunas marcas blancas de dulces al peso. También

lospodemos encontrar en panaderías surtidas, pastelerías, al peso o en estas tentadoras cajas. Yo no he encontrado grandes diferencias entre algunas compradas en cajas y otras de panadería o pastelería, pero sí entre distintos bollos. Las compradas en pastelerías son ya más raras de ver porque creo que el hojaldre se tiende a resecar, pero sí lo recuerdo. Así que se la fórmula industrial es la que hoy por hoy impera en el mercado, y reconocemos que está muy bien trabajada y que ha conseguido adoptar casi a la perfección la calidad del artesanal. Además de ser un dulce económico ¿lo bautizamos el dulce predilecto de esta crisis?
Y si alguien quiere saber cómo elaborarlos en casa, una de las webs oficiales del municipio sugiere (con algunos cambios) la siguiente receta: «Harina de trigo, margarina vegetal, huevos, agua, sal, gelatina de manzana y miel. Se mezcla la harina, los huevos y la margarina vegetal. Se añade la sal. Se añade el agua y se amasa un poco. Con un rodillo se estira en forma alargada y se dobla en tres. Se deja reposar 15 minutos. Se echa otro poco de harina y se vuelve a estirar poniendo la masa al contrario. Se repite esta operación tres veces, esperando cada vez 15 minutos. Después se deja reposar la masa algo más de 2 horas. La masa del hojaldre se deja enfriar, en sitio no muy frío. Se le da la forma deseada y se cuece a horno fuerte unos 30 minutos. A todo esto se le da un baño de almíbar que se consigue llevando a ebullición la mezcla del azúcar, agua, gelatina de manzana y la miel.»
Así que ya sabéis, cada vez que paséis por Astorga, ¡¡No os olvidéis de vuestra caja de Hojaldres!!
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