Ingredientes:
- Un tarro de garbanzos cocidos (400 g escurridos)
- 4 yemas de huevo
- 1 tira de panceta
- Queso parmesano (al gusto)
- Pimienta negra recién molida
- Una pizca de sal
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
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Prepara los ingredientes:
Comienza rallando un buen trozo de parmesano y déjalo listo para usar. Corta la panceta en pequeños dados. -
Dora la panceta:
En una sartén caliente, saltea la panceta sin añadir aceite. Su propia grasa será suficiente para que se dore y quede crujiente. Una vez esté lista, resérvala. -
Saltea los garbanzos:
Lava bien los garbanzos del tarro bajo el grifo y escúrrelos. En la misma sartén, añade un chorrito de aceite de oliva y saltea los garbanzos durante un par de minutos. -
Mezcla con la panceta:
Devuelve la panceta a la sartén junto a los garbanzos para que se integren los sabores. -
Prepara la mezcla cremosa:
En un bol, bate las yemas de huevo (reserva las claras para otra receta). Añade el queso parmesano rallado, una pizca de sal y abundante pimienta negra. Mezcla bien hasta obtener una crema homogénea. -
Une todo con mimo:
Apaga el fuego y, con el calor residual, vierte la mezcla de huevo y queso sobre los garbanzos. Remueve suavemente para que el calor cocine ligeramente la yema y se forme una crema, sin que se cuaje como una tortilla. -
Sirve y disfruta:
Emplata los garbanzos y corona con un poco más de parmesano rallado y un toque extra de pimienta. Si hay niños en casa, puedes usar pimienta surtida, que es más suave.