La fresa es una fruta muy agradecida, saludable, con un sabor exquisito y con un montón de propiedades. Es antioxidante, tiene efecto antiinflamatorio, refuerza las defensas, es depurativa,…
Cuando pensamos en preparar fresas como una opción de postre, se nos puede ocurrir acompañarlas con nata, chocolate, leche condensada, zumo de naranja, yogur,…, pero considerar el vinagre como una de estas opciones, seguro que no.
Aunque no lo parezca, va a resultar una buena, deliciosa y sorprendente combinación, en la que no se notará el sabor del vinagre.
Ingredientes
½ kilo de fresas
6 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de vinagre
Elaboración
La preparación de esta receta es sencilla y rápida.
Comenzamos lavando las fresas, les quitamos el rabo, las partimos en trozos no muy grandes, las colocamos en una fuente lo suficientemente grande para que nos permita removerlas bien.
Pasamos a sumar el azúcar y revolvemos para que las fresas y el azúcar se mezclen.
A continuación añadimos las dos cucharadas de vinagre, que puede ser de vino, de manzana, de Módena (dependiendo de nuestros gustos) y volvemos a revolver con una cuchara para que todos los ingredientes se integren bien.
Como último paso, tapamos la fuente y dejamos las fresas macerando como mínimo una hora y media, removiendo de vez en cuando (cuanto más tiempo pasen macerando soltarán más almíbar).
Las servimos con su almíbar en cuencos individuales y a saborear este postre tan sorprendente.
¡Buen provecho!
