Hoy nos hemos dispuesto a probar las famosas Jornadas Gastronómicas del Bierzo. En esta ocasión nos hemos acercado al Restaurante El Leñador, ubicado en el barrio ponferradino de Puente Boeza. Cuenta con un buen aparcamiento y unas instalaciones multiusos apropiadas para cada época del año.
El día está lluvioso, pero eso no es problema para los fumadores, que siempre los hay, puesto que bajo techo en su entrada-terrada se encuentra un rinconcito pensado en ellos.
El menú de jornadas no tiene mala pinta. Es más, acostumbrados a la rimbombancia de las cartas de otros lugares ésta se nos antoja acorde y apropiada en la enumeración de sus platos.
No tenemos suerte con los boletus. En ocasiones salados, en otros bocados insípidos, pero el hambre hace que casi todos nos terminemos el plato. Los hay que no. Donde la cosa ya mejora es con los segundos. La carne superior. Bien en sus taquitos, bien su cordero, el secreto y otras delicias ya van cosechando conformidad y poniendo mejor cara a los comensales. El pescado también va mejorando según se va avanzando en la velada.
Observamos que el buen y merecido nombre del establecimiento lo hace popular pues el comedor principal se encuentra lleno, teniendo que habilitar para grupos la parte superior, mucho más moderna y decorada con más sencillez vanguardista.
Donde definitivamente la noche en El Leñador triunfa es en los postres. Ahí souflés, crema de limón con castañas y otras exquisiteces ya hacen olvidar toda decepción inicial.
El trato muy profesional. Amable y la carta de vinos amplia, completa y sin nada que objetar.