Sitges esconde un secreto en una botella. Además de una playa urbana comparada con Saint Tropez y un famoso festival de cine, esta localidad costera catalana tiene una uva mediterránea cuyo nombre procede de la ciudad del Mar Egeo Monemvasia y que forma parte de la historia del vino: la malvasía.

La leyenda atribuye la plantación de las primeras cepas en Sitges gracias a un habitante de la ciudad, un tal Jofre, que participó en la defensa de Sicilia a las órdenes de Roger de Llúria. En el relato medieval Tirant lo Blanc se citaba la malvasía y se le suponían propiedades tónicas medicinales, según cita la gastroteca de Cataluña.

De granos pequeños y gruesos, muy dulces y aromáticos, esta uva se cultiva en los campos de Sitges y sus alrededores. Es una pequeña joya playera que se utiliza en la elaboración de vinos de las denominaciones de origen Penedés y Tarragona, pero que tiene personalidad propia. La organización Slow Food (enfocada en la comida responsable y la preservación de variedades autóctonas), en su baluarte de la comarca del Garraf, acogió bajo su paraguas a la malvasía de Sitges y emprendió una campaña divulgativa con la veterana bodega del Hospital Sant Joan Baptista(legado de la familia Llopis) y la bodega Vega de Ribes (centrada en la agricultura ecológica). No solo se promocionaba el valor de la malvasía más conocida, la dulce (para postres, pasteles y frutos secos); se mostraba el vino de malvasía seco (maridaje sugerido con frutos secos salados, mariscos y quesos curados) y el espumoso (para acompañar con arroces y platos con carnes blancas y aves).

El Gran Reserva Vintage 2008 de Jané Ventura se llama DO,precisamente como las notas musicales que Gerard Jané percibe en las uvas del cava (Xarel·lo, Macabeu y Parellada). Y “do es don en catalán”, recuerda el enólogo, como lo que, insiste, tiene la malvasía de Sitges.

Artículo: El País Semanal

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