El escabeche es una técnica milenaria empleada como método de conservación de alimentos. Para ello se utilizan fundamentalmente dos ingredientes: aceite y vinagre.

El vinagre permite, por su acidez, controlar microorganismos y bacterias.

El aceite forma una capa protectora que evita que el oxígeno entre en contacto con los alimentos y así no se produce la aparición de “elementos” que perjudiquen el producto.

A estos dos ingredientes se les añaden otros como pueden ser laurel, pimentón, cebolla, ajo,…, con los que el escabeche consigue ese aroma y sabor tan propios.

El escabeche puede ser:

De larga duración: donde el escabeche y el ingrediente principal se cocinan por separado y se mezclan en frío con lo que la duración del producto puede llegar a ser de 15 días.
De media conservación: donde el escabeche y el ingrediente principal se cocinan por separado y se mezclan cuando aún están templados con lo que la duración del producto llegar a ser de una semana.
De corta conservación: el escabeche y el ingrediente principal se cocinan juntos  teniendo que consumirlo en un par de días.
Ingredientes:

2 kilos de mejillones
I y 1/2 vasos de aceite de oliva virgen extra
1 vaso de vinagre de vino
½ vaso de vino blanco
1 cucharada de pimentón
2 dientes de ajo
2 hojas de laurel
Elaboración:

Comenzamos limpiando muy bien los mejillones arrancándoles las barbas y rascando las impurezas que puedan tener en la concha.

A continuación, colocamos una cazuela a fuego fuerte con los mejillones, el vaso de vino blanco y una hoja de laurel.

Tapamos la cazuela y, en cuanto comience a hervir, mantenemos a fuego medio durante 2-3 minutos antes de comprobar que todos los mejillones están ya abiertos. Momento en el que los sacamos de la cazuela y comenzamos a separarlos de sus conchas.

Ya sin concha, los podemos ir colocando en frascos.

Antes de continuar con el siguiente paso, colamos medio vaso del líquido (agua más vino) de cocción de los mejillones y reservamos.

Ahora, pelamos y partimos los ajos longitudinalmente y los freímos en una sartén con el aceite de oliva y la hoja de laurel que queda.

En cuanto el ajo esté dorado, retiramos el ajo y la hoja de laurel, añadimos la cucharada de pimentón, removemos rápidamente con una cuchara de madera, retiramos la sartén del fuego y sumamos el vaso de vinagre y el medio vaso con el líquido de cocción.

Revolvemos todo muy bien y reservamos.

Esperamos a que enfríe y será con esta mezcla con la que cubramos los mejillones que pusimos en frascos.

Tienen que quedar completamente cubiertos para que se conserven bien y adquieren ese sabor que caracterizada al escabeche.

 

Por último, se pueden meter en la nevera.

 

Esperamos un día para probar el resultado.

 

Acompañados de un buen pan y una cerveza, estos mejillones en escabeche se convierten en un fantástico aperitivo.

 

¡Buen provecho!

 

YMI

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