Existe un relato que cuenta que, hace mucho tiempo, un campesino dejó olvidado pan y queso fresco en una cueva húmeda y fría. Cuando pasado un tiempo, regresó a la cuerva, se encontró con que el rozo de queso había cambiado, tenía zonas de color azul, su textura era cremosa, un olor fuerte y un sabor intenso; surgiendo así el famoso y conocido queso azul.
El queso azul, con sus características tan particulares, puede ser un perfecto ingrediente para diferentes tipos de ensaladas, para preparar deliciosas salsas, para una cena de picoteo o también puede ser un exquisito postre.
Ingredientes
1 manzana roja
50 gramos de queso azul
Pasas
1 cucharada de miel
Vinagre de Módena
Aceite de oliva
Sal
Elaboración
Como primer paso, lavamos muy bien la manzana, la dividimos en cuatro partes, le quitamos el corazón con sus pepitas y partimos cada parte en gajos no muy gruesos.
Colocamos los gajos en un cuenco.
Pasamos a desmenuzar el queso azul y lo incorporamos al cuenco junto con unas cuantas pasas (cantidad al gusto).
Es el momento de preparar el aliño de la ensalada y para ello ponemos en otro cuenco 1 cucharada de miel, 1 cucharada de vinagre de Módena y una piza de sal.
Mezclamos estos ingredientes hasta que la miel esté bien disuelta, momento en el que sumamos 1 cucharadita de aceite y continuamos batiendo hasta que todos los ingredientes estén integrados.
Vertemos el aliño sobre la manzana, el queso y las pasas y a comer.
Se puede disfrutar de este contraste de sabores o añadir otros ingredientes como pueden ser unos canónigos, un poco de rúcula o algo de lechuga de roble picada.
¡Buen provecho!